Propiedad Intelectual

Las actividades de investigación y desarrollo, así como las acciones de marketing y ventas, se han convertido en elementos cada vez más importantes, en tanto que constituyen fuentes de ventaja competitiva. Los activos que las empresas poseen en forma de tecnología, diseños y marcas, son los que, cada vez más, determinan su valor.

Aunque las capacidades de acceso a las materias primas, fuentes de energía y mercados fuertes continúan siendo componentes importantes de la ventaja competitiva, la globalización y la mercantilización de los factores de producción, unidas a la volatilidad del precio de estos últimos, han desplazado la ventaja competitiva a largo plazo en favor de aquellos que han sabido cómo innovar creando nuevas combinaciones.

De ahí la trascendencia de los derechos de propiedad intelectual que buscan la protección de éstas innovaciones y que las empresas pueden usar su propiedad intelectual de muy diversas maneras. Tradicionalmente, la propiedad intelectual se aplicaba a la mera protección de los productos. Sin embargo, las empresas también pueden extraer valor directamente de su cartera de derechos de propiedad intelectual, mediante su venta, o a través de la concesión de derechos de licencia sobre los mismos, mediante su aportación a un fondo común o permutándolos por otros activos.